Un día para olvidar

Fue un día frío de Junio si no me equivoco, nos suele ocurrir a todos alguna vez.
Cuando nos levantamos de la cama perezosos alguna mañana pensando: maldita sea, para que amaneció. Y te acuerdas de Dios, de esa mentira que pareces creer cuando piensas que hizo las mañanas tan temprano solo para fastidiar las pelotas a quienes nos excluimos a darle crédito.
Pero inexorable te levantas con los ojos hinchados como un goldfish telescópico de Animal Planet, caminas trastabillando lerdo -a lo zombi de Walking Dead- hacia el baño a darte una ducha caliente en éste clima hecho invernáculo y te acuerdas de Al Gore pensado: éste yanqui panzón, tiene razón, aunque sea su país uno de los que se resiste a firmar la ratificación del Protocolo de Kioto de 1997.
A regañadientes te das el primer remojón y timbra tu celular contestas y nadie responde -carajeas un poco- mientras la terma Made in Usa colabora con el frío calentando el agua remisamente, como esperando a que irremediablemente, contra el tiempo, termines de ducharte para recién darle al agua una temperatura ideal. Vuelve a timbrar tu celular, como estás enjabonado se te resbala de las manos y cae se desarma y se moja -mandas al carajo al hijoeputa que te llamo- sin pensar que fue tu mamá que llamo cariñosamente para despertarte. Al final totalmente desmoralizado con la desgracia de tu celular y tiritando de frío; piensas que te has dado un baño con la suerte condenada del último oso polar en ese infierno blanco, del que el ser humano ha hecho su hogar de un modo tan autodestructivo.
Camino a mi habitación más despejado pero triste y tiritando, de pronto un resbalón, como si alguien conspirara, como si alguien quisiera joderte la mañana y granputeas y carajeas, como dando la contra a la circunstancia, pero te acuerdas de Rhonda Byrne y que leíste su libro “El Secreto”; entonces tratas de pensar: o qué lindo resbalón tuve, que hermosa mañana, hoy todo será excelente compraré otro celular; pero sabes que te estás engañando. Es que ayer no planchaste la camisa, lo olvidaste: La loción se evaporo, el desodorante solo expulsa aire, un dedo del pie asoma tu calcetín agujereado. Allí te das cuenta que el juego de hilos que guardaste tantos años y regalaste porque pensabas que nunca lo ibas a utilizar, ahora lo necesitas más que nunca y comienzas a pensar que “El Secreto” es una pendejada basada en la Física Cuántica hecho por una manga de charlatanes que te describen lo obvio en una infinidad de posibilidades.
En el trabajo tienes presión, me citan a una reunión a la que llego puntual y no hay nadie, con una hora de retraso por fin llega esa gente que se cree experta, pero son expertos en decir lo que no entienden; piensan que Jorge Basadre es un estadio, que Mariátegui es solo una calle. Creen que son dueños del Estado y que el Gobierno debe darles lo que exigen, pero ellos no se exigen por la nación, creen que leer la filosofía de Karl Marx es encaminarse a ser un terruquillo irracional. Gritan que el Estado cumpla con ellos pero ellos cumplen con la cochinada y con no hacer nada,  pero les apasiona la cervecita, les encandila la cumbia y la borrachera como máxima realización humana. Al final te acuerdas de Max Weber y de Jorge Basadre y piensas que mientras la burocracia éste en manos de estos holgazanes de huelga, el futuro seguirá siendo incierto, no entienden que para exigir a los demás el cumplimiento de su deber uno debe cumplir primero con los suyos.
Llego a mi casa agobiado quiero desocuparme y se cumple una regla ineluctable “Todo cuerpo sentado en el inodoro, hará sonar el timbre de tu puerta” dicho y hecho, estoy en plena relajación defecadora y tocan con insistencia la puerta, me obligan a acelerar mis esfínteres mientras tocan y tocan con pesadez de cobrador, termino aquella cagazón a medias molesto e incomodo, salgo a la puerta, y son dos evangelistas que me dicen: hermano quieres oír la palabra de Dios. Pienso en la tolerancia y en G.A.D.U. hago silencio un minuto mirándolos, pero no puedo evitar un odio visceral que me nace contra estos fariseos endogámicos, me calmo y les respondo: mira cholito; Yo en principio soy deísta, no pertenezco a ese inmenso club de Dios, no tengo la mente perturbada ni siento culpa de nada, ser un creyente como tú, para mí es sentirse bajo la protección de una Corporación invencible que de modo equivocado y engañoso distribuye el más codiciado de los productos: la inmortalidad del alma, la posibilidad de ser recompensados cuando somos gusanos y huesos, manipulando la fe en la esperanza de resucitar el día inevitable del Juicio Final, un día inventado por tu iglesia para lobotomizar el miedo como un sedativo social, porque tu no entiendes que sin miedo no hay pecado y sin pecado no habría iglesia… Ok. Los evangelistas no me respondieron nada solo me dejaron un folleto que he leído y que reafirma mi posición, mientras sentado en el inodoro terminaba lo dejado a medias imaginando como aquel  folleto supliría el papel higiénico.
Trato de relajarme para almorzar, me sirvo la comida que tan cariñosamente mi madre ha preparado. Como esta fría, la caliento en el horno microondas. Cuando me percato de que en la cuadra no hay luz, justo a esa hora están arreglando un poste en la esquina, mientras recordaba al Croata Nikola Tesla; cuando en 1900 descubrió el envió de corriente eléctrica sin cables algo que hubiera contribuido tanto a la humanidad, pero los mismos intereses que hoy dominan destruyeron su proyecto porque la electricidad debía ser cobrada a cada ciudadano que la consuma y que el envío de energía eléctrica de forma gratuita no entraba en los planes de quienes financiaron su proyecto; cuan diferente hubiera sido el mundo hoy. Entre tanto ya resignado tome un sartén y calenté mi comida en la siempre atenta cocina a gas.
Suena el teléfono de la casa, no contesto, estoy calentando mi comida pero sigue timbrando con insistencia –me digo: será algo urgente- corro a contestar y era urgente. Mi madre me pide que le dicte el número del DNI de mi hermano, lo busco lo encuentro y se lo dicto, cuelgo corro a bajar mi comida de la cocina, muy tarde, ya está quemada. En ese momento pensé en Graham Bell y lo comencé a odiar por ese invento en ese momento tan inoportuno, mientras refunfuñando me freía un huevo y como si alguien quisiera burlarse de mí, en ese instante llega la luz.
Dentro al gimnasio deseando que haya poca gente, pero mi deseo se esfuma como un flato, el gimnasio parece una feria. Me resigno y me pongo a entrenar, hoy haré hombros y tríceps. El panorama no parece tan malo, hay muchas chicas bonitas que recrean la vista y otras que no, que te hacen pensar que los pokemón existen en la vida real. Mientras entreno, una chica nueva me mira largo rato con sospechosa curiosidad, entonces me inflo como un pavo real para impresionar a la hembra como en los documentales de Animal Planet. Pero es cuando percibo que mis axilas con su olor se están revelando contra mí, me avergüenzo, disimulo y deduzco que ese era el motivo de la mirada sospechosamente acusadora de aquella chica que luego se acerca hacia mí, yo imagine me dirá cochino, apestoso. Pero no, me sonríe y me pregunta si tengo un blog, yo digo: que sí, y ella me dice: si lo he leído está chévere, yo le digo: gracias y cortésmente la saludo con un beso en la mejilla, ella parece percibir la traición olorifica de mis alas; me siento muy mal detesto los malos olores en el gimnasio. Creo que es mejor irme, mientras recuerdo a Arnold Schwarzenegger que decía que él nunca uso desodorantes ni colonias de baño, me voy del gym pensando; aquella chica de seguro nunca más leerá mi blog.
Camino a casa encuentro una amiga, ella me abraza me dice que su hermana acaba de dar a luz, que está contenta y me pide que la acompañe a recoger a su hermana al hospital; Yo le digo: que no puedo, ella me dice: porque? Y le digo: que es un poco tarde y además me apestan las axilas; ella se ríe a mandíbula batiente me dice que soy gracioso, pero que por favor vaya con ella, que le daba miedo ir sola y que era muy tarde. Finalmente la acompañé y recogimos a su hermana, que por cierto tiene un bebé muy lindo, le di mí maletín deportivo a mi amiga, para yo poder cargar el bebé, mientras pregunto: ¿y el papá? Y su hermana me dice: ese mal hombre, ni siquiera viene a ver a su hijo ni a mí. Para qué pregunte; en esos momentos en las afueras del Hospital EsSalud de Calana se estaciona un auto color rojo y se baja un tipo vociferando y en evidente estado etílico, arremete contra mi amiga y su hermana que muy asustadas las subió al auto, luego vino hacia mí. Yo lo mire y trate de sonreír; el tipo me saco la madre, me reclamó sin ninguna razón, me quito al bebé que comenzó a llorar, lo subió a su carro y me quiso atropellar, astutamente yo lo esquive, y allí parado y sólo me quede perplejo por la actitud de ese tipo, pensé: pobre niño qué futuro le espera con ese padre.
Era muy tarde no pasaba ni un solo bus, mi maletín con mi dinero se lo llevo mi amiga y encima el guachimán de la tranquera de EsSalud me pide que desaloje el área, y pensé; maldito Fujimori que construyo este hospital tan lejos.
Estaba muy obscuro y corría un viento que congelaba los huesos, camine desde Calana pensando que los problemas no se crean ni se resuelven solo se transforman, trataba de darme ánimos pero la rabia y la pena de la desventura podían más. Por ratos trate de hacer algo de deporte así que pensé en sacar lo bueno de lo malo, comencé a hacer carrera suave o footing -como dicen los atorrantes- cuando de entre la oscuridad cada vez se hacían más fuertes unos ladridos que parecían ser de chacales sacados del mismísimo infierno, parecían los perros rabiosos peleando eternamente y sin tregua que imaginó García Márquez en ese libro escrito al amor y a otros demonios, de pronto el gruñido acompañado de un ladrido mortífero helaron mi aliento y emprendí la huida,  en ese momento recordé al jamaiquino Usain Bolt y por mi vida corrí tan rápido como me lo permitían mis piernas adormecidas por la dopamina del miedo, sorteé piedras, huecos, montículos, más perros  hasta llegar al ovalo de Pocollay cansado me senté bajo la estatua de Albarracín, mientras jadeando y extenuado observaba lo desolado del lugar, acompañado únicamente por el revoloteo de unas polillas que golpeaban insistentes los focos de un poste, como queriendo entrar en él.
Camino y camino mirando alrededor como tratando de distraerme y olvidar el infortunio, me detengo a observar una casa muy antigua en la que hacen fiestas ridículas de “halloween” y recuerdo el libro “El Castillo de Canterville” de Oscar Wilde mientras imagino si en verdad existirán ánimas penosas como dicen, y pienso deambularan al igual que yo hecho un ectoplasma arrastrando los pies.
Miro a todos lados y no transita ni un alma a esas horas, ni tampoco circula un solo vehículo. Todo parecía desierto, a la vista solo casas grandes, particularmente la de una esquina que me recordaba la mansión Valdemar, como en el cuento “La verdad sobre el caso Valdemar” que escribió hace más de un siglo el señor Edgar Allan Poe.
Sigo paso a paso pelándome de frío hacia mi morada pensando que día tuve hoy, en ese momento reí como un espectro sólo en plena calle, pude burlarme de mí mismo, darme cuenta que no debo tomar la vida tan en serio. Llegue a mi casa totalmente extenuado me acicalé y por fin lentamente pude recostar mi cabeza sobre la almohada y sin poder conciliar el sueño me quede mirando hacia al vacio pensando; que graciosa es la vida.

Mujer en tu día

Para quien no es difícil entenderlas siempre. Para quien no es peligroso ambicionarlas en algún momento. Se dice que la fuerza hidráulica más poderosa del universo es la lagrima de una mujer, mal llamado sexo débil, cuando es ella quien convierte en débil al también mal llamado, sexo fuerte.

A mí me suena mesozoico llamar a la mujer, “sexo débil”, “ama de casa” o “mi mujer”.  Cuando a lo largo de la historia nos han demostrado con firmeza que son audaces, inteligentes y gozan del tesoro disoluto más preciado del ser humano que es; la belleza, pero no solo física. La inteligencia es también parte de la belleza. Una mujer inteligente y bella a la vez, tal vez sea esa la expresión utópica de la perfección.

En este mundo de machistas con alas de mariposa, se pretende desdeñar que la mujer es el verdadero principio de continuidad de un pueblo, el arca de sus más preciadas y más profundas tradiciones. De ella nacieron los grandes hombres los que dictaron el curso del mundo en que vivimos.

Creo en realidad que el “día de la Mujer”, como un día de recordatorio, en estos tiempos de igualdad y competitividad de la mujer en la sociedad, no hace falta. La mujer es tan protagonista, como el hombre. Es más; no me sorprendería que en el futuro, se tenga que recordar el “día del hombre”; por la sencilla razón que quizás ya no existan como tal, y el mundo este plagado de homosexuales y mujeres frustradas. Espero estar equivocado íntegramente; eso significaría la extinción de la raza humana.

Pero volviendo al día de la mujer, para mí no existe necesidad de publicar nada, ni celebrar nada. Solo recordemos a multitudes femeninas intercontinentales desde hace 90 años despertando al cambio social demandando el verdadero papel de la mujer en el mundo que hoy vemos.

Aquí en mi país existen heroínas todos los días. Son las mujeres que viven sin saber leer ni escribir, demostrando en contramarcha de esa vejación, poder convertir en gente de bien a sus hijos. Teniendo en muchos casos que soportar imperturbable un cónyuge que no se merecen; ó en el mejor de lo casos al “marido” que provee la moneda si es que lo atienden como rey, le sirven la mesa como patrón, y le canten la palinodia como majestad. Díganme si no es indignante.

Mujeres homéricas, que soportan la ignorancia del maltrato marital. La discriminación social. La violencia y humillación de los machistas más cogotudos de cuello y corbata, pero analfas de la equivalencia sexual. De burócratas incultos que olvidan que puede juzgarse el grado de civilización de un pueblo por el trato social a la mujer, sea la condición que sea de esta o del pueblo del que venga.

Es una entelequia incomprensible de la tradición, aun no entiendo de donde sacan lo de “sexo débil”.

Yo creo inconcebible a estas alturas del siglo XXI hablar de la mujer como segundona del hombre, ó la paparruchada de que el apellido materno tenga que ir después del paterno, quien invento e hizo obligación semejante vacuidad, si está demostrado que existen mujeres que solas lo pueden todo.

Pero de otro lado y como en todo también existen anomalías, errores estadísticos,  ciertas excepciones. Les cuento que conozco algunas mujeres tan bellas como fronterizas, tan rubias como jacobinas de la silicona, curvilíneas y pipilépticas pero ausentes de la iniciativa creadora. Que aun rumian en lograr la ingrata condición y arcaico ideal de tener que ser mantenidas por su marido. Encontrar el príncipe azul que le garantice nunca tener que trabajar, nunca tener que pensar, nunca tener que enfrentar el siglo XXI. Para mí son exégesis del machismo femenil en versión Dawn, son las de un amor propio que si no es masoquismo se le parece. 

No se trata de ser un feminista para nada, los movimientos feministas usualmente exageran, ignoran o rechazan las diferencias psicológicas y hasta algunas diferencias fisiológicas entre el hombre y la mujer.

Menos ser un machista, ser un sexista ignorante como muchos poco hombres santurrones y puritanos que toman como valores positivos la sumisión al marido, el matrimonio, y la procreación como única forma de autorrealización; me parecen a estas alturas del tiempo, de una ridiculez ultramontana que por suerte va camino a desaparecer, para establecerse el buen sentido común y la razón, por sobre todo.

Y precisamente parte de la discriminación a la femineidad está en el ámbito religioso. En países de predominio musulmán como el antiguo régimen talibán de Afganistán ó en determinadas ramas del cristianismo como el mormonismo etc. existe machismo. Hasta en el mismo catolicismo está el ninguneo a la mujer, como por ejemplo nunca aceptar una mujer como Papa (se llamaría Mama?) porque Cristo fue varón. Pero no saben si Cristo fue machista, aunque en la sociedad obscurantista en la que Cristo vivió, el machismo era muy marcado.

El hombre y la mujer son seres humanos. Seres humanos libres y sobre todo de iguales capacidades, necesidades y equivocaciones, con el signo genital como diferencia pero no como función. Iguales solo hasta que la mujer se convierte en el término asombroso, ermita real y en sublime magia; al traer un ser humano al mundo, valor inconmensurable que solo ella posee.

Ante esta innegable igualdad, y en lo personal, en su día creo que jamás todas las gratitudes del mundo colmaran la dicha inmensa que me dio una mujer muy especial: La Madre de mi hijo. Gracias a ella de todo corazón, gracias a ella siempre por esa dicha que solo una mujer puede dar.

Muchas felicidades a todas en su día mujeres valiosas, estoicas y valientes, en especial mi madre. Y a sus madres también.

Un saludo de corazón a todas las mujeres bellas, valientes e inteligentes que leen este humilde blog.

El Chavo del 8

Yo no sé; si el señor Gómez Bolaños sea genial, quizás su trayectoria sea plausible. Pero no creo que sea así de plausible, alguien que ha dado tanta alegría a generaciones con un programa de televisión que apuesta por la bofetada; como  gracia. Por el coscorrón; como talento de comicidad. Por las patadas, para la risa de generación en generación ó degeneración. Al final, una suma de violencia superlativa súbitamente orlada con carcajadas grabadas.
Es que cuando se es pequeño el trinquete mediático nos es ajeno. Poco importa en la infancia la maroma de vueltas que significa la distracción en masa de las sociedades obnubiladas frente a la tapadera de pantalla y transistores que Jhon Logie Bair creó para fines nobles; no los de hoy.
Pero ahora, en esta edad del discernimiento, se puede hablar del arma medianera que descerebró a los mexicanos primero y latinos después, el plenipotenciario Grupo Televisa México y su chavo del 8.
Es que antes el mundo estaba poblado por seres humanos. Estos seres humanos reían ante algo humorista y genial, sollozaban cuando la circunstancia era así lágrima y todo, leían en sus ratos libres y hasta pensaban cuando las cosas se ponían difíciles y había que tomar decisiones.
Pero llego Televisa con sus bombas noveleras y destruyo a los humanos y en su lugar quedaron zombis convencidos que los ricos también lloran, que sólo de rodillas se encaja en el sistema, que la patria es la cutra de los pendejos, que sólo durmiendo se hace la historia y sólo viendo por más de 30 años al Chavo del 8 se puede ser feliz.
Cuando converso con mi hijo sobre el Chavo del 8; siempre le digo que un día leí, y creo sinceramente; “que el Chavo es un niño idiota y vagamente huérfano que vive en un barril. El barril –añadiría– domicilia en un callejón donde, catalizados por el Chavo, se gritan y pegan, se malquieren y malentienden, un sinvergüenza y su hija cretina y una hipotética viuda y su hijo imbécil; callejón al que, eventualmente, acuden un rentista gordo que también es estúpido y un profesor cursi que es el más tarado del elenco. Como se ve, el chiste consiste en apostar por la memez colectiva en el caso de los adultos y por el abierto cretinismo de los niños, que compiten por el trofeo al daño cerebral más agudo” lo que creo que no es sano.
Aunque debo reconocer, que mi hijo ve cosas mucho más violentas que el chavo. Lo digo porque el siempre me pide ver sus series favoritas juntos, y las vemos completas, él me las comenta con entusiasmo, mientras yo totalmente patidifuso me pregunto donde están esas series que me hacían reír, creer que un robot tenía sentimientos de amistad, pensar que con una capa se hacia el bien, luchar contra el mal disfrazado de hombre araña. Donde quedo eso?
A toda esa violencia televisada con “gracia y genialidad”,  cargaría el odio que le tuve a Don Ramón cuando patio una caja de cartón que simulaba tener un perrito dentro; y el miedo que me dio la bruja del 71 dentro de su casa, claro yo tenía cinco años.
Mucho después supe en la realidad, del paso por las armas de Angelines Fernández Abad; como buena madrileña vocinglera afín a la Segunda República Española y toda una Tatcher de flamenco; derrotada luego de la Guerra Civil en 1939 huyó de la política a México lindo y allí española actriz la hizo linda con Cantinflas.
En fin, la historia de estos personajes es harto conocida, sus juicios y desavenencias que parecían trasladar de la ficción a la realidad.
Quizás por eso y algunas cosas más, de niño no me gusto el Chavo del 8. Ahora de adulto me parece ver uno que otro capítulo plasmado en la realidad de una sociedad que hace reír, con las mismas estupideces y la misma violencia.  
Porque esa serie parece resumir una entelequia remedada de la sociedad en la realidad, es una sinopsis de Latinoamérica. Es una foto postal de la idiosincrasia habla hispana.
Es en esencia lo que no deberíamos ser; pero somos. eso, eso, eso…

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