Los sentimientos reales parecen haberse convertido en una cuestión arcaica y obsoleta. El tacto no es ya la expresión del cariño con el mimo en la mejilla, con el beso y abrazo o el apretón de manos. No, ya nada de eso; solo basta con un “click de mouse” para que sepas lo mucho que virtualmente te aprecio, y le existencialmente que no.
Recuerdo que me resultaba escalofriante la cantidad de Hi5 que enviaban a mi correo haciéndome la invitación a visitar cibernautas divulgados en el limbo de la indefinición hecha en miles de píxeles. Pasearme por el Fotolog de alguna belleza con ganas pipilépticas.
El gusto enajenado de enviar email de comunidades virtuales como GenteMSM para echar un vistazo a fotografías de candidatas a novia virtual traicionadas en lo impopular del mundo real; cantidades garrafales de correos para hacerme saber el Facebook de rostros emperifollados que no me importan, porque resultan falsos hasta para sujetar la impotencia de su balumba escondida.
Como turbador resulta también recibir tantos pensamientos del matatirulá pirateados para el corazón y enviados mediante Yahoo! a cero sentimientos; sugerirme que en el Facebook ellas se ven divinas como jacobinas de lo fronterizo con la nada y ellos churros como modelos de lo extremo en ridiculez. Pero ambos jubilados de la mente, sin ideales, ociosos de iniciativa creadora, de pensamientos cero e invictos en la oquedad de su caletre.
Este mundo vertiginoso que ha convertido la vida en un click de mouse, no sólo es ramificación de una instalación eléctrica, sino también una caminata ciberespacial que te desplaza sin caminar y te asoma a la ventana de Facebook a ver a alguien sin estar allí, un mundo raro de celulares dominantes que te llevan a navegar esclavizando tu voluntad, un iPod que te calienta las orejas y un facebook que te exonera de visitar a los amigos.
En suma; redes sociales en el ciberespacio que resultan siendo -en la mayoría de casos- una flojera falseada que terminas desechando a la papelera de reciclaje junto a la imperturbabilidad de buscar otros websites a cada momento del día y de la noche con el inconsciente subyugado a la ludopatía.
Cuál es el optimismo de algunos humanos compulsivamente cibernéticos de estar pegados a un monitor; modestamente pregunto ¿En qué momento coge uno esa cosa con forro y letras impresas en papel, y se pone a leer lo que nazca y dé la regalada gana de leer? Además pregunto ¿qué día se reserva para sentarse a la sombra de un árbol a pensar en el mundo que hemos creado? lejos de todo lo que tenga que ver con la oficina o el trabajo.
Nos hemos esclavizado sin querer, de lo que tenía por fin liberarnos del trabajo excesivo. Hemos remplazado el espíritu de amar por una Pc complaciente. Ya dejamos de ser ratones de laboratorio, ahora somos las mascotas del ratón óptico.
Es que cuando el mundo se mira a través de una pantalla LCD de cristales líquidos y se escucha por medio de audífonos posestéreos, el destino es un parpadeo y la intensidad de una pasión dependerá de la velocidad de la memoria RAM que se irá en un suspiro.
Es que cuando se piensa que el computador es quien cumple nuestras órdenes, perdemos la perspectiva de lo real, es totalmente el revés; porque hacemos lo que el cerebro electrónico resumido en un CPU nos dicta para obtener lo mismo que obteníamos siempre, sólo que más rápido.
Y la juventud; esa juventud que nos da ese verdadero horizonte por descubrir, que es la vida; queda nula y sin rumbo. Pierde la brújula que guía a la luz de su propia idea. Y parece irse ahogando en un mar profundo de comentarios idiotas, y desvaneciéndose entre una tempestad de fotografías que disfrazan apariencias y regodeo sin sentido.
Y saben por qué; porque ésta generación estereotipada en el vacío, aun no se da cuenta que tiene automatizada hasta su alma; y con el Facebook lo único que está haciendo es convertirse en una generación sádicamente vanidosa.
1 comentarios:
Que será de nuestros luvetones, cada vez mas automatizados.
Slds,
GUSTAVO
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